SANTO DOMINGO (RD).-Estaba pensando en lo mucho que odio el ejercicio y en mi esfuerzo más reciente, entre noviembre y diciembre del año pasado: caminar QUINCE minutos desde la calle José Joaquín Pérez hasta la Gómez. Y pensando en eso recordé los guandules que alguien había sembrado en un tramo de la acera. Me agradaba mucho verlos.
Otra cosa en la que pensaba era en lo vistosas que son las plantas de guandules.
Y ahora no estoy segura si la palabra “alegre” apareció antes o después de leer el Itinerario Histórico de la Gastronomía Dominicana o si ya se había instalado en mi mente cuando descubrí este pequeño cultivo en Gascue.
Pero Hugo Tolentino Dipp cita una carta del arzobispo Fernández Navarrete, por el año 1680, en la que dice lo siguiente: «…Otro árbol que hai de que tengo algunos pies en mi huerta: llámase guandul: su fructo son unas vainillas, mucho más pequeñas que algarrobas, de que también he visto en los campos: tienen dentro un grano algo menor que garbanzos, son de buen sustento y gusto, y el árbol alegre y vistoso». Tolentino Dipp piensa que lo de “vistoso puede ser cuestionable”.
Me hace gracia, pero creo que el arzobispo tiene toda la razón. La foto fue tomada por @drfhowley en una acera junto a Unibe. Gracias por cedérmela. A esos agricultores urbanos que llenan nuestros ojos con la alegría de este arbusto también les doy las gracias.