“No solo te preguntes qué carrera te gusta, sino qué es lo que te gusta de ella”

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"La vida te enseña que hay muchas formas de tú ser bueno en algo", afirma Carmen Anicia Valera.

SANTO DOMINGO (RD).-  El aspirante a universitario no debe sucumbir a ninguna presión o comentarios negativos; después de haberse asegurado de escoger la carrera que va con sus habilidades y con su personalidad, debe lanzarse por dicha profesión y procurar destacarse por encima del común, aconseja la psicóloga organizacional Carmen Anicia Valera.

Hijo de gato… no está obligado a perseguir ratones. “Cada quien tiene que ser capaz de colocar límites en su vida, de decir este soy yo y este soy yo con mi familia”, opina Valera, quien tiene, además, una maestría en Administración de Empresas y otra en Recursos Humanos. “Si el problema es el mercado, bueno, cámbiate de mercado, o cambia de estrategia”, plantea, de forma categórica.

Esta joven profesional, con experiencia en el sector privado y un historial de voluntariado, es actual responsable de Beneficios Laborales en el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y conversó con UniRD sobre los criterios que debe tener en cuenta un escolar para la –a veces difícil- decisión sobre “qué carrera voy a estudiar”.

Además, ¿en qué grado de la secundaria es recomendable analizar el tema? Valera ofrece los detalles para aquellos que tienen dudas sobre qué carrera escoger:

¿Cuáles son los primeros pasos que debe dar un estudiante de secundaria para ir identificando la carrera correcta para ir a la universidad?

Te voy a contar mi historia. Yo, en segundo o tercero decidí que iba a estudiar derecho y que quería estudiar fuera del país, porque la parte que me encanta, todavía, del derecho internacional, que tú puedes trabajar en la ONU, en Amnistía Internacional, con casos de mujeres, de refugiados, tú ayudas más.

Yo apliqué en universidades de Estados Unidos, yo pagué todo, de hecho, yo fui aceptada en dos universidades, una de ellas era el collage en Columbia, que es una muy buena universidad, y al final yo no fui. Fue una decisión de mis padres, porque yo terminé a los 16 años el colegio y dijeron que lamentablemente no iban a mandarme a estudiar sola a una ciudad tan grande como Nueva York.

Para mí ese fue un momento muy frustrante. Yo ahora, a los 26 años, lo veo diferente: una muchacha que viene sola de Baní a los 16, puede ser mucho.

Al final yo tampoco estudié derecho aquí, yo me di cuenta que el derecho es una profesión que me hace cuestionarme mucho la parte ética. Porque puede ser que en algún momento tengas que defender un caso que tú en el fondo no estés de acuerdo.

Me preguntaba si realmente yo estaba dispuesta a negociar quién yo era por obtener un trabajo. Yo supe que no, lamentablemente el derecho no es para mí. Todavía me gusta y lo respeto pero no es para mí.

«El país está saturado de abogados, pero no de buenos abogados».

A pesar de que tiene muchos campos, que no solo es lo penal o lo civil.

Pero me pregunté también qué me gustaba del derecho y al final era eso, era como defender una causa justa y entendí que había múltiples vías para hacerlo y empecé a estudiar psicología porque me pareció una buena opción.

Mientras yo iba estudiando, yo también era voluntaria en algunas ONG y ya fue canalizando el deseo primigenio de ayudar, de contribuir a una causa justa.

Yo crecí, y supongo que todos hemos crecido, con la idea de que tú tienes que buscar una forma de solucionar tus debilidades, cuando en realidad deberían enfocarse en reforzar tus fortalezas. Porque realmente hay personas que pueden ser grandes artistas que pierden mucho tiempo aprendiendo números. En países como Suecia, Finlandia, desde pequeño, ellos van definiendo un perfil para las personas, si ven que eres bueno en números te van guiando por esa línea.

En un país como este, que no tiene un sistema que te ayuda a definir tu perfil académico, lo primero es eso, que tú estés claro en cuáles cosas tú eres bueno.

Yo soy buena organizando, planificando, ideando, de hecho en la posición que tengo ahora tengo muchas ideas que estoy desarrollando.

Y esta profesión realmente me lo ha permitido, por ejemplo, cuando yo hacía prácticas, que íbamos a escuelas y encontrábamos  a un niño que tenía problemas con la lectoescritura, era eso, era ideando, tú tienes que inventártelo, y más en lugares que tienen pocos recursos.

En voluntariado igual, con las ONG, es un reto también porque aunque tengan ayuda es muy poco dinero que les dan. Tienes que buscártela.

La vida te enseña que hay muchas formas de tú ser bueno en algo, pero tú tienes que ser suficientemente sensato y honesto contigo mismo, para tú saber qué es eso, cuál es el fondo y ahí tú buscas la forma.

No siempre vas a tener la oportunidad o la suerte de estudiar lo que tú querías en principio, como en mi caso que era derecho, debes identificar qué realmente te motiva  a estudiar. De hecho, muchas veces tú lo sabes porque son cosas que tú harías gratis.

¿Pero antes de pasar al próximo punto, ¿en qué momento debe darse ese autoexamen?

Desde tercero yo me estaría preguntando. Yo lo hice en segundo, yo tenía 14 años.

En este país el sistema te lo exige. En otros países tú terminas el colegio, tú te puedes tomar un año viajando, a encontrarte contigo mismo.

En el último año pasan muchas cosas, tienes el tema de la promoción, de las actividades que hacen, de las pruebas, que tienes que estar preparándote.

En tercero (ahora se denominará quinto de la secundaria) sería un buen momento para tú preguntarte qué tú quieres realmente.

¿Y el próximo paso?

Luego que tú sepas en qué eres bueno, qué te interesa, cuáles son tus habilidades. Hay una pregunta que quizás no todo el mundo se hace, que es la parte de la personalidad. Por ejemplo, un abogado debe tener cierto tipo de personalidad para ser juez, que tiene que ser una persona muy medida, muy sopesada, que no vaya a exaltarse con los hechos, que sea lo suficientemente objetivo frente a los hechos para tomar una decisión justa, dentro de las posibilidades. Entonces un abogado que sea muy pasional, muy voluble, es muy posible que no sea un buen juez.

Es como una persona que me diga que quiere trabajar en televisión pero que es demasiado reservada, no es que no pueda serlo, pero debe saber que para estar en ese medio debe adoptar otro tipo de actitud. De hecho, he visto que muchos artistas dicen que son muy tímidos, muy reservados, pero cuando están ahí son otra persona. Esa parte hay que tomarla en cuenta, la personalidad que tú tienes y el aguante que tú tienes, porque hay profesiones que llevan mucha presión y tú debes saber cuáles son tus límites.

Digamos que yo no sepa identificar esa personalidad mía, esas habilidades, esas tendencias ¿debería acudir a un psicólogo?

Se supone que en los colegios, en las escuelas, hay orientadores, hay psicólogos, que podrían ayudarte a que tú por lo menos identifiques ciertos factores, que son más visibles, porque quizás hay algunas partes que incluso tú desconoces hasta que suceden ciertas cosas en tu vida que salen a relucir, pero por lo menos esa parte básica sí podrían ayudarte, sobre todo en lo relativo a la personalidad.

Pero en cuanto a qué cosas tú quieres, qué cosas te gustan, insisto, no es solamente que tú quieres medicina, que tú quieres derecho, comunicación, es por qué tú quieres eso y para qué tú quieres eso.

¿Y Qué te parece el sistema de asesoría que ofrecen las universidades en sus departamentos de orientación?

Bueno, yo estudié psicología en PUCMM, allá el primer año es ciclo básico; por lo menos ese año te da la oportunidad de recibir esa orientación y definirte, porque que tú cambies ese año no causa un gran impacto. Conozco personas que escogieron una carrera y ese año, como fueron viendo y fueron conversando con personas de esa carrera y de otra, ellos pudieron darse cuenta que realmente no era esa carrera, que era otra. Eso puede darse en ese año.

Yo no creo, tampoco me gusta ver, que los errores son una pérdida de tiempo porque algo se queda. Yo tengo una compañera de psicología que tomó unas asignaturas electivas de derecho y se dio cuenta que le encantaba más derecho que psicología, y decidió, cuando terminó estudiar derecho, especializarse en psicología forense. O sea, ella vio psicología como una oportunidad y no como un problema.

«Hay que tomar en cuenta la personalidad y el aguante que tú tienes, porque hay profesiones que llevan mucha presión y debes saber cuáles son tus límites».

¿Y el mercado?  ¿Debe pesar en la decisión la situación de mercado de esa carrera, cuánto te va a costar, la demanda que tiene, la sobrepoblación de esa carrera?

En nuestro país tenemos dos problemáticas. La primera es que el mercado no crece a un ritmo tan acelerado como para darle empleo a todos los profesionales que se gradúan anualmente y a los que ya hay y a los que vuelven del extranjero. Por eso hay muchas personas que deciden emprender porque se dan cuenta de que el mercado no cumple con las exigencias que ellos tienen como profesionales.

La segunda es que todavía aquí no hay una integración entre el sector privado, o sea, empresarial, las universidades y el público, en que las empresas puedan discutir abiertamente cuáles son las necesidades que tienen con la universidad y con el sector público también para que se impulsen becas en esas áreas.

Por ejemplo, en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), el año pasado todo era educación, pero si tú te quedas en educación dejas fuera a todo el mundo, dejas fuera a comunicación, psicología, derecho, tecnología, que es muy amplio… luego incluyeron otras porque vieron que no funcionaba el esquema.

Yo soy de las que piensan que si el problema es el mercado, bueno, cámbiate de mercado, o cambia de estrategia. Tengo muchos amigos que han aplicado para irse fuera del país porque se dieron cuenta que lo que querían no estaba aquí.

Primer escenario. Siempre me han gustado las leyes, yo quiero ser abogado, pero el presidente de la Suprema Corte de Justicia ha dicho que el país está saturado de abogados; ¿en virtud de eso yo debo cambiar algo para lo que ya he determinado que tengo habilidades?

No. Yo sé que el país está saturado de abogados, pero no de buenos abogados. Yo entiendo que si tú te dedicas y eres realmente bueno en lo que tú haces tú llegas. Yo sé que muchas veces el mercado puede ser muy cruel, porque lo es, las cosas tampoco son fáciles en la vida para nadie; hay algunas personas que quizás tengan un camino un poco más fácil, por las relaciones o por el currículum que ha creado, pero después de eso simplemente, hay prepararse y enfocarse.

«Yo crecí, y supongo que todos hemos crecido, con la idea de que tú tienes que buscar una forma de solucionar tus debilidades, cuando en realidad deberían enfocarse en reforzar tus fortalezas»

Segundo escenario. Soy pobre, y decidí estudiar administración de empresas, soy bueno para las finanzas, gestión del capital humano. Pero me dicen que como soy pobre, nunca me pondrán a administrar un negocio.

Te contaré la historia de alguien que es vicepresidente de finanzas de una de las aseguradoras más grandes que hay aquí. Él viene de una familia muy pobre, él tuvo que trabajar desde jovencito para ayudar a sus padres con sus hermanos, y él ahora es vice presidente de Finanzas de esa empresa. Es un hombre preparado, hizo todo el camino, entró a esa empresa hace muchos años, empezó por un puesto sencillo, de asistente y fue subiendo. Yo creo que si tú quieres tú puedes. La excusa de que tú eres pobre, de que no tienes apellido, de que fuiste a la UASD, que no fuiste a UNIBE, no es válida. Por que conozco a muchas personas que tienen todas las oportunidades y que no hacen nada.

¿Y qué tanto debe pesar la presión de familia?

Nada. En mi casa, gracias a Dios, mis padres nunca quisieron imponerme nada, no fue que ellos dijeron tú vas a estudiar esto. Agradezco mucho que ellos me dieran la libertad de escoger, que yo sé que muchas personas no tienen eso, porque se espera que tú sigas con la tradición, que si todos son médicos tú también seas médico.

Yo entiendo que cada quien tiene que ser capaz de colocar límites en su vida, de decir este soy yo y este soy yo con mi familia, pero igual es algo que se aprende, porque muchas personas tienen que lidiar con esa presión.

¿Es válido consultar páginas de test por Internet y hacerse un test de vocación?

Bueno, tú puedes hacerlo pero habría que ver cuál página. Igual hay tests que son muy generales, que no te dicen algo muy tuyo, sino que dan conclusiones aéreas a cualquier persona que los tome. Entonces no deberías guiarte por ese tipo de tests. Lo ideal es que tú vayas al psicólogo que esté en tu escuela o colegio que quizás te pueda dar una mejor orientación, por lo menos algo personalizado. Igual, que tampoco hay que tomar los test como una palabra escrita en piedra, quien escoge realmente cómo va a ser su vida eres tú.

Equivocarse puede estar bien en un momento, pero ¿Cuántos intentos se consideran aceptables?

«En la tercera (carrera) recomendaría que la persona se siente y se cuestione su vida porque puede ser que lo que haga falta sea un tiempo fuera del sistema educativo».

En la tercera (carrera) recomendaría que la persona se siente y se cuestione su vida porque puede ser que lo que haga falta sea un tiempo fuera del sistema educativo, que tú busques trabajo en algo, que tú veas qué te gusta, después que tú identifiques qué te gusta, tú vuelves. Porque sino al final tú vas a perder tiempo y a perder dinero, porque todo cuesta. Entonces creo que es mejor irse por lo práctico.

En el mundo del conocimiento se discute mucho sobre la pertinencia de que todo el mundo vaya a la universidad. ¿Cómo podría determinar si conviene que yo busque un grado superior o me quede en el nivel de técnico?

Yo creo mucho en la libertad y en la aceptación. Quizás aquí todavía no entienden del tema de que una universidad no es para todo el mundo. Porque aquí lo ven como que todo el mundo tiene y debe ir a la universidad.

En Finlandia, en Suecia, en Polonia, en Alemania, no todo el mundo va a la universidad; tú puedes querer ser médico, si tú no pasas esos exámenes simplemente tienes que hacer otra cosa. Pero igual son países que respetan los oficios, ser carpintero en Dinamarca es tan importante como ser médico.

Todavía aquí tenemos que trabajar mucho con esa parte, o sea, entender que no porque tú seas médico tú eres mejor que el ebanista y el plomero.

Quizás a veces lo que pesa no es solo el tema del ingreso, sino el del estatus.

Sí, pero eso también te hace pensar que todavía aquí hay mucho atraso sobre ese tema.

Volvamos al principio, ese joven que está en tercero de bachillerato y que empieza a darle mente, ¿qué le recomiendas que haga en este momento?

Que se pregunte qué le gusta, qué le apasiona, y si logra identificar una carrera se pregunte qué le gusta de esa carrera. Porque como te dije en mi caso derecho era la oportunidad de trabajar en pos de una causa justa, pero yo encontré otra forma de hacerlo, yo mantengo el fondo aunque cambie la forma.

Lo otro es que si cree que lo necesita que busque ayuda con el orientador o con el psicólogo y que recuerde que cualquier decisión que sea suya, porque al final del día es su vida. Yo creo mucho que las cosas pasan por una razón, que tú terminas haciendo las cosas porque más adelante cuando analices todo, va a tener sentido.

 

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