SANTO DOMINGO (RD).-“En vez de seguir siendo una universidad docentista, la UASD está obligada a fortalecer la investigación, las publicaciones científicas, la extensión y la vinculación con la sociedad”.
El planteamiento lo hizo la profesora Emma Polanco, aspirante a convertirse en Rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Polanco plantea la necesidad de convertir la universidad del estado en “una fuente inagotable de valores, actitudes y competencias de nuestros egresados para que, a través del emprendimiento y la innovación, contribuyan al desarrollo de un vigoroso sector productivo y social integrado por la micro, pequeña y mediana empresa, articulando el modelo educativo y la oferta académica de la UASD con el modelo de desarrollo social del país”.
A continuación su discurso en el acto de apertura del proceso institucional electoral organizado por la Comisión Central Electoral de la UASD el pasado 15 de febrero.
Señor presidente de la Comisión Electoral y demás miembros
Señoras y Señores:
La sociedad y la época en que nos ha tocado vivir se caracterizan por la incertidumbre y el cambio constante, tal como lo ha establecido los más profundos estudiosos de las colectividades del tiempo presente.
La desconfianza en el discurso de los actores sociales se debe a que suelen agazaparse en las circunstancias de la política y en el arte de la conveniencia.
En nuestro caso, más que decir lo que se debe hacer o lo que se hará para generar un cambio de paradigmas y de prácticas institucionales en la dirección de la Academia, lo que corresponde es presentar a la comunidad universitaria y al país las aspiraciones y propósitos claros, pertinentes y cualitativamente superiores, con la garantía de que nuestro trabajo para lograr una nueva y mejor Universidad Autónoma de Santo Domingo estará sustentado en un modelo de actuación gerencial que haga creíble el proyecto de universidad pública, abierta, democrática, transparente, pertinente, socialmente responsable y de calidad.
La necesaria transformación de la UASD para el aseguramiento de su preservación debe empezar por el compromiso público de volver al orden institucional, al cumplimiento del orden estatutario, reglamentario y procedimental como correspondería en cualquier sociedad organizada y orientada a los propósitos fundacionales.
En una gestión rectoral nuestra, la planificación estratégica normará la vida institucional centrada en el modelo de gestión de calidad, pues continuar basándonos en la rutina y en la improvisación para llevar a cabo las labores universitarias, equivaldría a la negación del proyecto social y de la misión de la UASD en los ámbitos de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura.
La garantía de una gestión de calidad es un compromiso con el país, con las familias y con la juventud que cursa sus estudios en nuestras aulas, pues es necesario que la sociedad perciba y asuma que la UASD otorga títulos creíbles y confiables y que una certificación profesional de nuestra universidad sigue siendo una fuente de honor, orgullo y dignidad ciudadana.
La UASD de la calidad que inauguraremos en julio próximo es también la universidad que seguirá recibiendo a los estudiantes provenientes de todos los sectores socioeconómicos del país con responsabilidad y sentido de compromiso y con la certeza de que el Estado debe y puede impulsar el modelo de universidad pública de calidad.
Mejoraremos las condiciones en que recibimos nuestros estudiantes, a fin de que estén rodeados de las herramientas necesarias para cursar con éxito una carrera profesional, y los acompañaremos en la ruta hacia el desempeño responsable de una función productiva en la sociedad.
Convertiremos la Academia en una fuente inagotable de valores, actitudes y competencias de nuestros egresados para que, a través del emprendimiento y la innovación, contribuyan al desarrollo de un vigoroso sector productivo y social integrado por la micro, pequeña y mediana empresa, articulando el modelo educativo y la oferta académica de la UASD con el modelo de desarrollo social del país.
Una gestión nuestra jamás renunciará a los principios filosóficos fundacionales ni a la herencia del Movimiento Renovador de 1966, en el sentido de que la UASD debe ser el espejo de la sociedad, el modelo a seguir, el ejemplo a imitar, el referente obligado de la sociedad dominicana, mas nunca su reflejo.
Apostar a la recuperación de la confianza en la UASD y a la inversión productiva en ella es aportar al desarrollo del país, y por eso promuevo firmemente una UASD de calidad y con un ejercicio responsable de su autonomía que incluye la atención especial y esmerada de las próximas autoridades universitarias a todos los procesos académicos, administrativos y financieros.
El cuerpo profesoral tendrá en mi gestión el papel fundamental y la oportunidad de asegurar la calidad de la docencia mediante la transferencia de conocimientos depurados y actualizados para que nuestros alumnos y egresados sean realmente competitivos en el ámbito universitario mundial.
En vez de seguir siendo una universidad docentista, la UASD está obligada a fortalecer la investigación, las publicaciones científicas, la extensión y la vinculación con la sociedad.
Los servicios estudiantiles se reforzarán para que la universidad se libere de los elevados índices de abandono, el fracaso académico y la baja tasa de egreso, entre otros indicadores de ausencia o deficiencia de la calidad.
Les aseguramos a los profesores y profesoras que en nuestro equipo de trabajo tendrán un soporte fundamental para la actualización profesional y el perfeccionamiento docente, el desarrollo de su carrera académica, el desempeño laboral con aulas y laboratorios de calidad, sin menoscabo del bienestar personal y el de sus familias.
Integraremos el personal administrativo a los planes de desarrollo de la UASD de calidad que proponemos, garantizando su profesionalización y crecimiento laboral en el marco de la carrera administrativa y el mérito personal, además de que impulsaremos mejores condiciones de vida y de trabajo, su bienestar personal y el de sus respectivas familias.
En épocas recientes, los grandes sueños construidos por la humanidad fueron objeto de las críticas del pragmatismo que no entendía que los paradigmas se hicieron para romperse y que debemos aprender a vivir los tiempos de cambios, como los ideales de igualdad, equidad, independencia y libertad, como los legados de Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y los padres fundadores de la República: Duarte, Sánchez y Mella.
Luego de fundada nuestra academia en 1538 hasta nuestros días, es hora de darnos la oportunidad de comenzar a reconstruir su imagen institucional, a recuperar la confianza pública y demostrar que con trabajo en equipo y voluntad de servir a la juventud, somos capaces de transformar la UASD que tenemos en la UASD que queremos.
Si el Claustro Mayor me elige rectora de la UASD, invitaré al Gobierno Central para que sea reiniciado el diálogo interrumpido en el año 2016, integrando a los sectores productivos nacionales, y todos los estamentos del Estado dominicano, contando con el apoyo moral y material del sistema universitario de integración centroamericana y los de otras latitudes para que empoderemos al país de una voluntad política de Estado para el fortalecimiento de la educación superior pública a través del sistema nacional de educación superior, ciencia y tecnología.
No tengo la menor duda de que recibiremos el apoyo de todos los sectores nacionales para que la UASD pueda ser repensada como proyecto académico, social y cultural con visión de largo plazo y que podremos gestionar por ante el Gobierno Central un presupuesto articulado a las metas identificadas en la Estrategia Nacional de Desarrollo en el que se incluyan los recursos necesarios para poner en marcha el nuevo modelo de una universidad centrado en la calidad y la pertinencia social.
Propondremos la concertación de un pacto social en el que el Estado dominicano reconozca que existe la misma deuda social que se ha reconocido con el profesorado de la educación preuniversitaria, por lo que la inversión para el mejoramiento de la calidad, debe resolver la financiación de la estabilidad laboral y las condiciones de vida de quienes tienen la honrosa responsabilidad de generar conocimientos y formar capital humano, principal riqueza de una nación.
Estoy confiada en que todos los actores internos de la UASD nos darán el apoyo no solo para ganar las elecciones a la rectoría el próximo 20 de junio, sino también para construir la gobernanza que se requiere en un proceso de cambios en el que todos y todas tenemos la obligación de aportar nuestros talentos.
Finalmente, dado que la carrera a la rectoría coloca a varios universitarios en la legítima aspiración de ocupar la posición, y reconociendo los méritos de mis competidores, aprovecho este escenario institucional para ponerme a su disposición en la integración de un proyecto de universidad al que les convocamos desde ahora, y le volveremos a convocar, inmediatamente tomemos posesión del cargo de Rectora, si así lo decidieran los miembros del soberano Claustro Mayor Electoral, para que juntos convirtamos en realidad el sueño de una UASD valorada, acreditada, respetada y reconocida en el país y en el mundo.
Profesores, estudiantes y empleados, el cambio y la transformación de la UASD iniciarán luego de una larga espera de 480 años para que una académica muestre su profunda vocación de servicio y el sagrado compromiso de realizar un arduo trabajo en equipo, con honestidad y transparencia.
Aunque ustedes harán historia al investirme con su voto como la primera rectora de la primera universidad de América, les aseguro que esa primacía será solo un simple soporte para el trabajo que haremos entre todos, sin persecuciones ni retaliación, sin nepotismo ni favoritismos irritantes, para sacar a flote nuestra querida Alma Mater y elevar su prestigio y el orgullo de pertenecer a ella, con lo cual haremos un aporte al engrandecimiento de la República Dominicana.
Gracias, muchas gracias.