La erosión del suelo es evidente en Cruz de Cuaba.
“¿Cómo se produce el agua de Constanza?” y por qué los bosques son necesarios
La altas montañas de Tireo pierden capacidad de captar agua por la deforestación.
Los pozos ilegales son común en las zonas de nacimiento del río Tireo.
SANTO DOMINGO (RD).-La Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD) y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) advirtieron hace tres años a los pobladores de Constanza y Tireo, así como a las autoridades y a la población en general, sobre las consecuencias funestas que tendrá en la escasez de agua la destrucción de los bosques de la zona.
Por considerarlo de sumo interés para explicar científicamente el problema que está sucediendo en Tireo, con la deforestación de sus montañas y la erosión de sus suelos, en especial de Cruz de Cuaba y el Paragua, La UniRD reproduce algunos párrafos del estudio de la ACRD titulado “Peligra la Madre de las Aguas. Cordillera Central: Las montañas de Constanza camino a la desertificación.” El documento se difundió el 14 de marzo de 2016.
A continuación el texto íntegro que explica cómo “se produce” el agua de Constanza:
¿Cómo se produce el agua de Constanza?
A diferencia de las zonas bajas (plano basal o pie de monte), en las altas montañas de la Cordillera Central, el agua producida y de escorrentía (que corre por las fuentes hídricas), no proviene solamente de las lluvias, pues a partir de los 800 metros sobre el nivel del mar hasta los 2,800, impera la precipitación horizontal, donde la humedad no desciende del cielo, sino de la condensación que hace la cobertura forestal.
El agua de Constanza y la cabecera de los principales ríos del país (Yaque del Norte, Yaque del Sur, Yuna, Nizao y Artibonito), no proviene de las lluvias comunes y corrientes (precipitación vertical) que vemos regularmente, sino del vapor de agua que arrastran las nubes, las cuales al chocar con el tallo y ramas de los árboles (rugosidad de copas), se condensa y escurre por la corteza (flujo de los tallos), alcanzando el subsuelo, produciendo un aporte considerable y a veces el único, a la recarga de los acuíferos, la napa freática o lagos subterráneos.
En la cortina montañosa de Bonao–Jarabacoa formada por las lomas La Calentura, Casabito, La Golondrina, La Sal, Paso Bajito…) y luego El Pichón, Alto Bandera, Valle Nuevo, La Siberia, Los Bermúdez, Los Dajaos, Cruz de Cuaba, Josafá, Baiguate, Yaquecillo, El Tetero, Sabana de San Juan, Las Espinas…; cubriendo vastas regiones cordilleranas; son los árboles que le sustraen el agua a las nubes, formando la sombrilla hídrica que luego va a alimentar las principales presas y embalses, los acueductos de Valdesia–Santo Domingo y Cibao Central, así como los canales de riego que garantizan el 80% de la producción agrícola del país.
Precipitación Horizontal
En Tireo (1,000–2,000 msnm) y Constanza (1,200 – 2,800 msnm), cada árbol en pie, es una trampa de agua, que si se corta, es un daño directamente proporcional a la disminución del agua que producen sus ríos, arroyos y manantiales. En este caso, que es el eje central del conflicto creado por la crisis de agua en esta parte de la Cordillera Central, es el rocío, las neblinas y las nubes que se deshacen en el follaje, quienes producen los caudales de las escorrentías superficiales.
Es decir, la vegetación es un colchón o una inmensa alfombra verde que capta, escurre y almacena el agua que luego descenderá por acuíferos, ríos arroyos y cañadas. Eliminar estas esponjas hídricas, es como eliminar las cisternas naturales o presas subterráneas que surten del líquido más precioso de la vida. Comprender este fenómeno que silenciosamente se da en las altas montañas, es clave para entender que si se quema, se incendia, se cortan los árboles, se desnuda el suelo de las laderas y el firme de las montañas, se está causando una herida de muerte a la Madre de las Aguas.