SANTO DOMINGO (RD).-La crisis económica provocada por la pandemia de la COVID-19 se dejará sentir fuertemente en los sistemas de educación superior de todo el mundo. Para la fecha, ya la Organización de las Nacionales Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco) calcula una pérdida de entre el 10% y 25% de la matrícula estudiantil, que podría empezar a recuperarse entre un 10% a un 15 % en un año.
El dato lo dio a conocer Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), al presentar el informe “COVID-19 y educación superior. De los efectos inmediatos al día después”.
Durante un encuentro virtual con rectores universitarios de América Latina, Pedró advirtió efectos como el cierre de centros privados, el despido de profesores y una reducción de las partidas presupuestarias que destinan los gobiernos a la educación superior.
“En algunos países, ahora que se produce la matriculación, ha habido descenso en la demanda muy importante, pero esperamos que, como en otras oportunidades, que dentro de un año los jóvenes encuentren en la universidad un refugio en momentos en que los mercados laborales no les ofrecen oportunidades. Y esto significa una oportunidad para las universidades que puedan lanzar programas efectivos a distancia”.
La baja de la demanda, dice está llevando a que muchas universidades, sobre todo privadas con o sin fines de lucro, hayan desarrollado políticas de reducción de aranceles que, en algunos países, ha llegado ha llegado a entre el 20% y 25%.
También señala que muchos estudiantes y sus familiares están advirtiendo de que si los precios se pueden mantener en un contexto en el cual lo que se ofrece es una experiencia muy limitada y centrada en la educación a distancia.
“Esta reducción de aranceles no va a evitar el cierre de pequeñas universidades privadas en núcleos urbanos de la región, o habrá un tema de consolidación en el que, como siempre, el pez grande se traga al pequeño, es decir, grandes universidades absorban a las pequeñas y eso tendrá también impacto en el despido de profesores”.
Aun no existen cifras de América Latina sobre ese particular, pero Pedró cita que en Reino Unido se ha anunciado la pérdida de 30,000 lugares de trabajo directo de los centros y otros 12,000 en Australia, lugares que han sido muy impactados por la disminución de la llegado de estudiantes internacionales.
El IESALC también prevé una disminución del gasto público en educación superior, como consecuencia del incremento del gasto público y las deudas que han tenido que asumir los países debido a la pandemia.
En ese contexto, Pedró invita a preguntarse hasta qué punto la educación superior va a permanecer en el tercio superior de las prioridades nacionales.
Luego hace el llamado a los propios rectores a emplear narrativas que hagan ver a la opinión pública y a los líderes políticos que las instituciones de educación superior son cruciales, no solo para la recuperación económico sino también para la recuperación social. “Y lógicamente, para un futuro que, gracias a la ciencia tecnología e innovación, nos haga encontrar nuevo modelo de crecimiento económico”.