La modalidad virtual es desigual y demanda empatía entre profesores y estudiantes

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Oniela Muñoz, Medicina UASD

Estudiantes sin acceso a tecnología, profesores anclados en los métodos tradicionales y reacción inflexible ante los inconvenientes forman parte del panorama que describe Oniela Muñoz, de la UASD

SANTO DOMINGO (RD).- Para Oniela Muñoz, estudiante de cuarto año de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la modalidad virtual en la educación universitaria desnuda la brecha digital que afecta al país. Por tanto, entiende imprescindible asumir una visión empática en la relación entre alumnos y docentes.

En la experiencia de Onelia, directiva del Frente Independiente Estudiantil Revolucionario (FIER), la interacción con la modalidad en línea ha ido desde los profesores poco preparados y tardíos en reaccionar hasta los que se tornan inflexibles ante las limitaciones de acceso que afectan a los alumnos de la universidad pública.

Al participar en el conversatorio Virtualidad en La Uni, organizado por el portal educativo launi.com.do, el primer punto que expuso la joven fue el de profesores “que no atendieron el llamado virtual porque desconocían el uso y funcionamiento de la plataforma de la universidad”.

Citó también que otros docentes, partiendo de que las asignaturas no estaban atadas a un aula física, variaban los horarios establecidos, lo que a su juicio afecta los derechos estudiantiles estatuidos. “Pero ellos alegaban, y ahí tenían un gran punto, que ellos también estaban dando de más, trabajando en horarios libres, y se estaban adecuando a la modalidad, que era algo súper nuevo para ellos”.

El tercer punto que trató la aspirante a doctora en Medicina es que “la modalidad virtual es desigual”, debido a que no todos los estudiantes tienen acceso a un computador o un celular ni a planes de data óptimos para conectarse. “La mayoría de nosotros, principalmente en la UASD, nos retiramos al campo (a partir de la declaratoria de emergencia por el coronavirus), hacia donde nuestros familiares, y allí la red es un poco más lenta, no funciona igual. También la energía eléctrica tiene muchísimos más problemas”, detalla.

Cuenta que uno de sus profesores puso una fecha para un examen y que varios estudiantes no pudieron conectarse por falta de energía eléctrica y perdieron automáticamente los puntos, porque el maestro no les dio otra oportunidad.

Finalmente, Onelia expuso la relativa facilidad para cometer fraudes con las prácticas y exámenes cuando se trabaja en línea, lo que lleva a algunos docentes a actuar con dureza. “Por ese miedo al fraude, creo que los profesores eran hasta un poco injustos a la hora de la evaluación -algunos, no todos- puesto que nos daban poco tiempo para llenar los exámenes, eran unos segundos por preguntas”, relata.

Añadió que al momento del conversatorio, la UASD no había explicado cuál era el plan para el semestre que está a punto de iniciarse, que apenas se sabía que sería con la modalidad virtual, pero nada de detalles, por ejemplo, sobre una programación que priorice las asignaturas teóricas o qué hacer con aquellas que son prácticas, que demandan laboratorios.

“La educación virtual tiene muchas ventajas porque como estudiante de Medicina sé que se deben evitar los focos de infección a toda costa, pero creo que también se debe tomar en cuenta a esas personas que no tienen el mismo acceso y todos los sesgos y todas las desventajas que se tienen en esta modalidad”, concluye Onelia.

Junto a la joven uasdiana, expusieron sus experiencias Jean Luis Luna, de la carrera de Comunicación de la O&M; Jonathan Tavera Pérez, estudiante de término de Medicina, de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), y Lisanna Santiago Batista, de Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

El análisis y las orientaciones para que profesores y estudiantes saquen mayor provecho a la virtualidad para el proceso de aprendizaje estuvieron a cargo de la docente Ana Bélgica Güichardo, profesora de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).

“La educación virtual tiene muchas ventajas porque como estudiante de Medicina sé que se deben evitar los focos de infección a toda costa, pero creo que también se debe tomar en cuenta a esas personas que no tienen el mismo acceso»

Para organizar el panel, el equipo de redacción de La Uni tuvo en cuenta que a cinco meses del inicio de la crisis sanitaria, las universidades y todo el sistema de educación superior deben colocarse en un nivel de planificación y eficiencia que trascienda la respuesta inicial a la emergencia y cree condiciones propicias para el aprendizaje en medio de los retos que presenta la virtualidad.

En su intervención, Muñoz citó como referencia un estudio de la Federación de Profesores de la UASD (Faprouasd), que revela que casi el 14% de los matriculados en esa casa de estudios no tiene acceso a internet:

➢ El 82.4% de los estudiantes de la UASD está pasando la cuarentena con su familia.

➢El 97.1% de los estudiantes tiene teléfono inteligente (Smartphone).

➢El 58.1% de los estudiantes tiene acceso a una computadora (desktop, laptop, minilaptop) o tablet en su hogar.

➢El 86.4% de los estudiantes usa su teléfono inteligente para conectarse a internet.

  • El 0.6% de los estudiantes de la UASD nunca se conecta a internet
  • De los estudiantes que se conectan a internet, el 53.5% tiene servicio de internet fijo en su hogar; el 29.2% compra paqueticos de internet y el 8.7% tiene un plan de internet en su teléfono celular.
  • El 13.9% de los estudiantes no tiene acceso a servicio de internet

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