Lisanna Santiago Batista, estudiante de Ingeniería Mecatrónica en Intec, detalla las dificultades para correr en casa los sofisticados programas informáticos que se utilizan en su carrera.
SANTO DOMINGO (RD).- Clases virtuales en la universidad se dice fácil y suena sencillo. En principio, si has logrado salvar las barreras de acceso a internet y tienes una computadora, debes estar en condiciones de recibir docencia, pero Lisanna Santiago Batista, estudiante de cuarto año de Ingeniería Mecatrónica en Intec, cuenta la verdadera historia. Una historia con avances y aciertos, en la que también quedan muchos retos por resolver.
Para empezar, su carrera es muy técnica y demanda aprendizajes prácticos, pero en línea se torna teórica y un tanto incompleta. Y quizás también aburrida, aunque ella no lo expresara así.
“Las alternativas que los profesores han utilizado han sido mediante videos tutoriales de Youtube, poniendo links y tratando de buscar diferentes documentos que puedan utilizarse para uno ir aprendiendo”, relata Lisanna, una de cuatro estudiantes que compartieron sus vivencias en el conversatorio web Virtualidad en la Uni, organizado por el portal launi.com.do.
El Intec (Instituto Tecnológico de Santo Domingo) describe la carrera de mecatrónica como aquella en la que se emplean herramientas especializadas de la ingeniería, tales como sistemas de control, mecanismos, programación y otras, para dar mantenimiento y actualizar dispositivos. Esto deben hacerlo con el grado de inteligencia posible que permita realizar labores tangibles, de manera eficiente y autónoma, ya sea en su totalidad o parcialmente. Se trata de destrezas difíciles de entrenar en línea.
La situación más complicada que Lisanna tuvo que enfrentar fue el del uso de los programas que sirven de soporte al desarrollo de recursos gráficos, simulaciones mecánicas y prácticas basadas en los fundamentos de la física.
“En mi caso, y supongo que el caso de muchas personas, mi computadora no tiene suficiente capacidad de memoria, para poder afrontar tanto el peso de cada uno de esos programas como la capacidad de poder ejecutar el programa en sí”, explicó en la actividad, concebida para analizar la docencia virtual establecida por las universidades dominicanas desde marzo pasado, cuando se declaró estado de emergencia por el COVID-19.
Relata que en el primer trimestre que se inició en la modalidad virtual en el contexto de la pandemia tuvo que dejar atrás muchas prácticas, debido a la dificultad técnica que enfrentaba. En tiempos ordinarios, el acceso al laboratorio le facilitaba el uso de los equipos con las licencias y la capacidad necesarias para ejecutar los programas.
Junto a Lisanna Santiago Batista, expusieron sus experiencias Jean Luis Luna, de la carrera de Comunicación de la O&M; Odelia Montás, de Medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y Johnatan Tavera Pérez, de término en Medicina, de la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA).
El análisis y las orientaciones para que profesores y estudiantes saquen mayor provecho a la virtualidad para el proceso de aprendizaje estuvo a cargo de la docente Ana Bélgica Güichardo, profesora de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
Para organizar el panel, el equipo de redacción de La Uni tuvo en cuenta que a cinco meses del inicio de la crisis sanitaria, las universidades y todo el sistema de educación superior deben colocarse en un nivel de planificación y eficiencia que trascienda la respuesta inicial a la emergencia y cree condiciones propicias para el aprendizaje en medio de los retos que presenta la virtualidad.