Cada fin de año me planteo muy seriamente la idea de dejar la ciudad y mudarme al campo. Esta vez no fue diferente. Para reforzar ese sentimiento, mi última lectura de 2020 fue acerca de la llamada España Vacía y los últimos (a veces únicos) habitantes que permanecen en aldeas extintas. El libro se titula «Quién te cerrará los ojos», de Virginia Mendoza (@vdvelociraptor).
Esperaba hallar una apología del campo, sin embargo, es una narración bastante equilibrada a través de 10 crónicas periodísticas que recogen lo rural y su dureza, por un lado, y por el otro, las historias de personas que, aún llevando a cuestas la rudeza de estas aldeas desiertas, impulsan la idea de que vale la pena defender el arraigo, ya sea como ejercicio de libertad o como acto de resistencia.
«Las excelencias de la vida rústica es una costumbre más propia de los poetas que de aldeanos», es una cita de Julio Caro Baroja, en Los pueblos de España II, que utiliza Virginia para explicar la ambición romántica del retiro rural que tenemos los habitantes de las ciudades. Los personajes de este libro también atestiguan esta expresión de Baroja desde sus experiencias de vida. Historias que van desde la mujer que cuida las campanas de una vieja iglesia, las mismas que tañerán cuando haya dejado este mundo, para finalmente ser removidas; hasta las de un hombre sextagenario que desaba tener un pueblo y se hizo con uno al que no llega el correo, pero sí los testigos de Jehová.
Como dije antes, no es una apología del campo. Lo que sí es es una defensa del ejercicio de la libertad de quienes defienden su derecho a permanecer ligados a la tierra.
*No lo voy a etiquetar, para saber si me lee, pero fue Jordi quien me consiguió un ejemplar de este libro. Gracias ❤️*.
Foto: @instaclaudiard, en algún lugar de las lomas de Dajabón.
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