Tres profesionales de la conducta exponen los aspectos que mayor presión ejercen sobre la juventud estudiantil
Por Isabella Gonell
SANTO DOMINGO (RD).- La conversación alrededor de la salud mental ha carecido de la atención que requiere. No ha sido hasta años recientes cuando los medios se han abierto poco a poco a derribar el estigma que se ha construido alrededor de este tema.
No es nada ajeno este diálogo a la vida universitaria; de hecho, se pudiera afirmar que es críticamente necesario. A raíz de esto, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), a través de sus Escuelas de Comunicación y Psicología, organizó el conversatorio de “Salud Mental y Vida Universitaria” este pasado lunes 18 de julio.
La charla contó con la presencia de las profesionales y docentes de la universidad Rafaela Burgos (psicóloga), quien abordó el tema de las expectativas de los padres hacia sus hijos en el área académica; Stephanie Suárez (psicóloga y neuropsicóloga), quien desde el punto de vista de la neuropsicología desglosó en específico lo que son la depresión y ansiedad en la adultez joven, además de presentar el tema de la fatiga pandémica universitaria, e Itania María (terapeuta y comunicadora) quien planteó la inquietud creciente de la influencia de las redes sociales en la salud mental de la juventud y, más específicamente, del estudiantado universitario.
La transición de secundaria a universidad puede ser un proceso que no solamente afecta al estudiante, sino que a su entorno familiar completo. Dicho proceso, dijo la psicóloga Burgos, puede generar una gran carga emocional. De esta forma, se puede observar una serie de expectativas que recaen en los estudiantes de parte de su familia, usualmente impuestas de manera implícita.
Rafaela Burgos explicó que existen incongruencias entre la manera en que se trata a los hijos en su etapa de adultez joven en contraste a lo que se espera de ellos, llevando a que los jóvenes usualmente cumplan con dichas expectativas sin estar de acuerdo con ellas.
La neuropsicóloga Stephanie Suárez trató sobre la ansiedad y depresión. Detalló lo que le sucede a la química cerebral cuando una persona va transicionando de la adolescencia a la adultez. Este proceso de cambio implica asumir una autonomía que no se tenía anteriormente, al igual que la introducción de un nuevo proyecto de vida, lo cual puede inducir mucho estrés.
“La pandemia cambió nuestro sistema, y con ello toda la neurotransmisión cerebral también”, describió Suárez sobre el reciente fenómeno de la “fatiga pandémica universitaria”, un concepto que se está adentrando en posibilidades diagnósticas en lugar de depresión o ansiedad, ya que muestra síntomas similares.
“Esto puede influir en el estudiante, en el equipo docente y en el equipo administrativo porque es una situación que nos ha tocado de frente a todos”, abundó la profesional. Algunas de las consecuencias de esta fatiga suelen ser retiro parcial, deserción o abandono escolar y, en los casos más extremos, abuso de sustancias o suicidio.
Por último, la terapeuta y experta en comunicaciones Itania María trajo la conversación de los efectos de las redes sociales en la salud mental de la juventud. Las redes sociales, a pesar de traer numerosas ventajas, también pueden desencadenar una serie de efectos negativos en la psicosis de una persona.
Considerando que las plataformas de redes sociales están creadas para ser adictivas, las mismas presentan infinito contenido que puede exhibir la vida fabricada y curada a la perfección de otras personas, factor que puede llevar a la comparación con la vida propia. Itania María define esto como el efecto “wanna be” (quiero ser), el cual usualmente se ve así: “Ay, que lindas todas esas relaciones. Eso no me pasa a mí. Quiero eso”, “Mira el cuerpo de ella, y eso que vive comiendo. Quiero ser así”, “Siempre se está yendo de vacaciones y yo aquí trabajando como loca. Quiero eso, no es justo”, “No se ve como que tenga muchas preocupaciones. Su vida es perfecta. Quiero ser así”.
La terapeuta y comunicadora finalizó su charla llamando la atención para levantar protección frente a ese consumo adictivo, “¿Qué estoy haciendo yo para mantenerme saludable?”. En su propuesta, no hay nada malo con usar y consumir las redes sociales, pero alertó para no dejarse consumir por ellas.